PEÑAFLOR EN LA RUTA DE LOS CABALLEROS DE MALTA

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PEÑAFLOR EN LA RUTA DE LOS CABALLEROS DE MALTA

Peñaflor formará parte del proyecto de “Ruta de los Caballeros de la Orden de Malta”, promovido por el Grupo de Desarrollo Rural “Asociación Comarcal Gran Vega de Sevilla” del que forma parte este ayuntamiento. El proyecto está financiado con fondos europeos (FEDER) y fue aprobado por resolución de la Dirección General de Desarrollo Sostenible del Medio Rural de la Junta de Andalucía con un presupuesto de 146.798,40 €.

Los territorios que participan en este proyecto son los de los actuales municipios de: Peñaflor, Lora del Río, Alcolea del Río, La Campana, Carmona, Tocina, Cantillana, Brenes, La Rinconada y Las Cabezas de San Juan. Además, existen otros municipios en la provincia de Sevilla fuera de las comarcas en las que existen GDRs (como Sevilla, San Juan de Aznalfarache, Tomares y Alcalá de Guadaira) y en otras provincias andaluzas (como Córdoba y Jaén) sobre los que también recayó el dominio hospitalario. En Peñaflor encontramos edificios históricos que hacen referencia a dicha orden: muralla de la ciudad y Ermita de Villadiego, erigida sobre el muro de la torre de igual nombre.

El Proyecto tiene una base histórica claramente identificada y que transcurre paralela a la de la conquista de Sevilla por el rey Fernando III “El Santo”: la distribución del dominio de la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalem, Chipre y Malta en la provincia de Sevilla en el siglo XIII, comenzando con una primera etapa de 1226 a 1266 en la que se toma de la ciudad de Sevilla, hasta llegar a finales del siglo XIII cuando tiene lugar la toma del sur de la provincia de Sevilla (conquista de las Cabezas de San Juan). Dicha orden mantendrá el dominio de algunos de estos territorios hasta la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX.

La orden está presente en la península a principios del S.XII, al poco de su fundación, y llega a Andalucía como el resto de las órdenes militares, con motivo de las campañas de conquista llevadas a cabo por Fernando III. Estas órdenes intervienen, a partir de 1240-1241, de forma destacada en las operaciones militares que culminan con el cerco y la conquista de Sevilla en 1248.

En primavera de 1247, una vez decidido el inicio del ataque definitivo sobre Sevilla, las tierras de Carmona fueron de nuevo sistemáticamente saqueadas por el rey cristiano. Los musulmanes de Carmona, para evitar males mayores tras seis meses de asedio y temiendo una rendición sin condiciones, decidieron entregar la ciudad y se comprometieron a pagar parias. Lograda la toma de Carmona el rey dio la orden de avanzar hacia Sevilla siguiendo el curso del río, pues era conveniente que se adueñaran de la orilla derecha del Guadalquivir; en este momento se consigue la recuperación de Lora del Río que era obstáculo importante en el camino hacia Sevilla, encargándose de la conquista definitiva la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalem, quien atacó desde Carmona y desde Setefilla (que ya estaba en su poder desde 1241). Los musulmanes loreños, al ver la inutilidad de la lucha por el empuje de los dos frentes, pactaron su rendición antes de que destruyeran sus campos, entregando el castillo y sometiéndose a la obediencia del rey castellano.

Las tropas castellanas y sanjuanistas continuaron su avance desde Lora hacia Cantillana, conquistando el Priorato de San Juan y también Constantina y Reina; desde el río, conquistaron Alcolea y su comarca. El monarca movió a su ejército desde Carmona por el camino de Tocina y cruzaron el río, no sin peligros sobre fajines y zarzos, por un vado situado a dos leguas de Carmona, pues interesaba asegurar las plazas importantes de esta ribera. Se tomaron Tocina y Cantillana y más tarde, Guillena, Gerena y Alcalá del Río hasta llegar a las puertas de Sevilla el 20 de agosto de 1247.

El largo asedio a Sevilla, cuajado de acciones de armas, exigió un duro esfuerzo a las tropas de Fernando III acampadas alrededor de las murallas sevillanas, pues no estaban acostumbradas a operaciones tan prolongadas; la capitulación de la ciudad de Sevilla ocurrió el 23 de noviembre de 1248.

Un papel destacado en las operaciones del cerco de la ciudad lo tuvieron los hospitalarios, un escogido grupo de su ejército que en teoría era un disciplinado cuerpo de élite, mitad monjes, mitad soldados. Los caballeros de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalem, que eran admirados en la paz por ser pacíficos servidores de los enfermos y temidos en la guerra por su audacia y valentía, tuvieron una intervención muy destacada en el arduo trabajo de vencer la resistencia mora hasta culminar la campaña de la toma de Sevilla y de todo el territorio que la rodeaba.